Las noches han sido frías, y yo buscando detrás de mi mente tu presencia, y con temor de encontrarte despidiéndote de ese instante sin mí, mis manos se rehúsan a escribir, y mi piel a olvidarte, tu alegría la he guardado de a pedacitos en mis juguetes, porque aunque soy tan grande que parece que entendiera todo, mi infancia me hace feliz, una niña, con tantos años, una equis determinando los tesoros guardados, y tu allí abriéndote paso para ocupar mi todo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario