Hoy es uno de esos días más oscuros, de esos que la tierra parece haber perdido su sol, y que los pasos son tan pesados como vacíos, ves caras sonrientes, gente pasando por tu lado, pero una ausencia te hace sentir como la gravedad te absorbe, y en un cuarto que parece ya viejo porque ha sido olvidado, unas cuantas letras dejan volar los sentimientos, quisiera atraparme entre esa tinta para jamás borrarme, me diluyo entre el brillo de mi cuarto, y por fin me desvanezco, mi cuerpo tendido en una cama, frio casi helando mi cuerpo me murmura que realmente merezco ser feliz
Recorro al compás del silencio mi casa, intento buscar mi inspiración en el tapete, en las letras minúsculas que ahí allí, pero tan solo pienso en un “made in Colombia”, pienso en mi país, y en que en algún lugar unas manos tejieron un destino calcinado sobre lana, y el mío, de que esta tejido, que pensamientos harían trazar esta línea hasta aquí?...
No comprendo como parece todo oscurecerse más, y quiero abrazar mis sabanas, dejar un delirio allí, pero tan solo veo que estoy cada instante más cuerda, odio estar en esos estados, porque la única cura es escribir, pero no hay inspiración, por allí se encuentra un celular, con su poder mágico, con lo único que podría salvarme de esto que me consume, mis dedos digitan unas cuantas cifras, pareciera que es una calculadora, sumo emociones en mi pecho, y multiplico las ganas de escuchar ese hola…
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