Tengo algo en mi pecho, un ruido extraño, como un radio descompuesto que no sintoniza esa emisora de recuerdos, un latido rebelde, o puede ser una tristeza por tu ausencia, lo que realmente importa es que ese ruido me habla de ti, y con pequeños golpes del destino he aprendido que solo quiero estar contigo.
Soy tan frágil... al fin de cuentas siempre he sido una niña... el amor me arma, el olvido pasa, y el extrañar me desbarata en mil pedazos que vuelan como flores de otoño.